Escucho los colores, veo la música (I)

» Uno de los grandes dramas de mi vida consiste en decirle a la gente que veo colores cuando escucho música, y ellos no ven nada, nada en absoluto. Eso es terrible. Y ellos no me creen. Cuando escucho música yo veo colores. Los acordes se expresan en términos de color para mí. Estoy convencido de que uno puede expresar esto al público».

Olivier Messiaen

El término sinestesia hace referencia a la unión de varios sentidos, en oposición a anestesia que significa ausencia de sensibilidad. Es una facultad que poseen algunas personas que experimentan sensaciones propias de un sistema sensorial concreto (vista, oído, gusto, olfato, tacto) a partir de estímulos sensoriales de otros sistemas diferentes. De este modo, hay quien percibe el sonido del timbre de su casa como una serie de círculos concéntricos que se expanden desde el foco emisor del sonido, quien ve triángulos marrones que se elevan cuando oye ladrar a un perro, o quien puede saborear el gusto distinto encerrado en cada palabra.

Si la tristeza es TRISTEZA y la alegría es ALEGRÍA, al cambiar a ALEGRÍA y TRISTEZA, el color asignado a cada palabra la desvincula de su siginificado. En el primer caso, el tono elegido potencia la capacidad de cada término para provocar en el lector una emoción acorde con el concepto que expresa, mientras que en el segundo, el color confunde el significado, desmintiéndolo. En términos éticos sería comparable a «decir la verdad» y «mentir», respectivamente.

Tenemos las formas siguientes:

Fuente: Wikipedia

Una de ellas se llama Booba y la otra Kiki, ¿podría adivinar cuál es cada una?
En torno al 95%-98% de las personas que realizaron este test dieron la misma respuesta.
Un profesor de Lengua de Educación Secundaria propuso en su clase una batería de palabras cuya definición no fuera conocida con el fin de que sus alumnos dijeran, sin pensarlo, el significado que les sugería. Al proponer el término «sicario», la curiosa respuesta de una alumna fue «me suena a algo lleno de agujeros».
En un taller de pintura para niños de primer y segundo ciclo de educación primaria, la profesora puso en el reproductor una pieza de música africana que celebraba la cosecha. A continuación, sin darles ninguna aclaración sobre la audición, pidió a los alumnos que expresasen por medio de un dibujo lo que les había sugerido. Casi la mitad de las ilustraciones realizadas representaban escenas con campos de cultivo, algunos con agricultores recogiendo la cosecha, otros con cestos o artesas en los que se guardaban los granos de cereal.

Según parece, el ser humano no asigna nombres a los objetos de manera arbitraria. Determinados sonidos guardan una relación de identidad con ciertas formas o con objetos concretos. De manera similar, algunos conceptos se asocian, a nivel emotivo-expresivo, con tonos de colores que, como vimos antes, afianzan o desmienten su significado. Cualquiera que haya disfrutado de la música, habrá podido comprobar la capacidad que posee para generar imágenes, colores y sensaciones-emociones (¡sin necesidad de vídeoclips!) con un asombroso nivel de objetividad, principalmente si la pieza es de carácter instrumental.

«Birds for the mind» Wim Mertens

Nacemos sinestésicos. Hasta los cuatro meses de edad confundimos la visión con el oído o el tacto y el gusto. Los diferentes sistemas que procesan los sentidos se hallan, entonces, conectados. Progresivamente, este magma perceptivo se va organizando hacia la especialización de los sentidos en la medida que se crean nuevas conexiones por el desarrollo de la capacidad de abstracción a través del lenguaje.

No es de extrañar, por tanto, que gran parte de las palabras que empleamos habitualmente nos parezcan las adecuadas para nombrar aquello que designan. Incluso, al conocer un término nuevo, tenemos la sensación de haberlo recuperado de la biblioteca de la memoria. Las palabras poseen, además, la capacidad de desencadenar una respuesta emocional en quien las escucha y sería posible sin demasiado esfuerzo decir «de qué color son».

Las raíces del lenguaje se nutren de colores, olores, sabores, sonidos, recuerdos y emociones. En los sinestésicos se conserva parte del magma perceptivo inicial, por ello su respuesta inmediata al sonido de una palabra es una nube de color flotando en el aire delante de sus ojos. Necesitan una labor de conceptualización posterior para analizar el sentido del término. El resto de los mortales no vemos colores al escuchar música o al leer una palabra, aunque podemos conectar con nuestro cerebro límbico (asociaciones sinestésicas), despertar la memoria y las emociones y establecer relaciones auditivo-cromáticas.